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CREEPERS

HISTORIA DEL CALZADO QUE PISOTEÓ TODAS LAS DÉCADAS

«Londres, 1952. Una gran niebla invade la ciudad. El humo de combustible quemado pesa sobre el aire y contamina la atmósfera bajo un frío escalofriante que hace todavía más denso el ambiente entre humazo y humedad. Bajo el manto gris de la postguerra la working class sufre las duras condiciones de trabajo de la industria pesada. La fábrica gobierna. Las calles cortadas, los cines cerrados. No es posible ver más allá de la esquina de la calle. El pánico y el desconcierto invaden Londres. Reina el silencio frente al peor fenómeno de contaminación atmosférica de la historia europea.

A lo lejos rompen unos pasos al fondo del pasaje. Unos pasos en grupo. El fantasma de la niebla asoma de entre la densa nube gris. La silueta de una banda de jóvenes. El estigma de la guerra muestra su rostro. Son los Teddy boys. La reacción, la venganza de los jóvenes, los efectos de demasiado tiempo de silencio. Pompadour, pantalones estrechos, zapatos creepers, chalecos y chaquetas con bordados de terciopelo.

Nadie lo imaginaba, pero una subcultura invadía las calles de Londres entre polución y tinieblas».

Chopper Monster

Zapatos Creepers. El dandi baila rock and roll

El origen de los zapatos creepers parece ser de consenso. Vieron la luz en Inglaterra como parte del uniforme oficial para calzar a los soldados del ejército inglés destinados en las bases norafricanas durante la Segunda Guerra Mundial.

Su peculiaridad, su suela alta y gruesa, tenía en su origen una finalidad práctica más que estética. Su función era aislar el pie del caliente suelo africano a la vez que protegía a los soldados de posibles explosiones de minas.

A la vuelta del conflicto algunos soldados ingleses decidieron usar sus zapatos de guerra, de suela gorda, para publicitar en la noche londinense su veteranía, y poco a poco los creepers, por entonces conocidos como Brothel Creepers, fueron calando en el universo juvenil de las noches del Soho y King Cross de Londres. El calzado daba un salto de la zona de combate a la calle, y esa transformación pasaba por la mano de George Hamilton Cox, quien en 1949 se convertía en el primer fabricante de zapatos creepers de estilo urbano. Un pequeño emporio del calzado que viajaría por todo el mundo traspasando la barrera temporal del siglo XXI.

Nace una subcultura en Londres. Los Teddy Boys

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Publicidad de zapatos Creepers marca Denson

Para comienzos de los años cincuenta existía en Londres una manifestación estética encabezada por jóvenes que reivindicaba una nueva forma de divertirse enfrentada cara a cara a las posibilidades de expresión que les ofrecía la sociedad costumbrista de postguerra. Era una demanda y a la vez una crítica. Surgía así la primera subcultura juvenil en Inglaterra, los Teddy Boys.

Los Teddy Boys se caracterizaban en general por su procedencia obrera. Lucían peinados pompadour, chalecos y chaquetas con bordados de terciopelo y pantalones estrechos con quienes resaltaban sus zapatos de suela gruesa, los creepers. La imagen icónica que los diferenciaba  como grupo recuperaba el estilo eduardino de principios de siglo y lo mezclaba con lo más urbano de la calle. Eran dandis que bailaban rock and roll.

Los creepers eran el remate que completaba la estética del primer movimiento contracultura juvenil de Londres. Una prenda de veteranía que reflejaba la madurez de los jóvenes que habían pisado frente, y que poco a poco formó parte de una estética que reclamaba su espacio y sus formas de entretenimiento frente al stablishment inglés. Los jóvenes demandaban libertad, y ésta venía de la mano de la moda y la música; a tres centímetros del suelo.

«Our dress our is our answer to a dual world»


«Nuestra vestimenta es nuestra respuesta a un mundo sordo»

Teddy Boys y Teddy Girls bailan en las calles de Londres

Teddy Boys y Teddy Girls bailan en las calles de Londres

 

A lo largo de los años cincuenta los Teedy Boys experimentan una cada vez más pronunciada reivindicación de su propia música y parafernalia hasta el punto de reprender contra cualquier otro tipo manifestación cultural ajena. Los disturbios de Nothing Hill de 1958 fueron en ese sentido la máxima expresión de una situación social intensa marcada por el trabajo en la fábrica y los estigmas de clase.

No es hasta los años sesenta cuando en Inglaterra emerge a toda velocidad la sociedad de consumo, década en la que el mercado comprende que los jóvenes y sus manifestaciones culturales son un generoso nicho de mercado, un público demandante. Una generación que por primera vez tiene la posibilidad de disfrutar de tiempo libre y dinero para gastar en lo que a ellos quieren. Para entonces los creepers ya no eran tan exclusivos e iban poco a poco escapando al círculo urbano de los Teddy Boys y penetrando en un público cada vez más amplio.

Del tupé al anticristo. La época punk de los crepeers

En la década de los setenta Malcom Mclaren, el mítico manager de los Sex Pistols, quien por entonces  también era conocido por su faceta de diseñador de moda, empieza a vender zapatos creepers en su tienda de londres Let It Rock, de la mano de Vivienne Westwood, una de las principales responsable de la revolución estética del siglo XX.

Sorprendentemente los creepers, de la mano de los Sex Pistols, pasaron de ser una prenda exclusiva de los Teddy Boys a una prenda icono también entre psychobillys, gustosos del ritmo ska y punks, por no mencionar a toda la amalgama del underground, algo que Mclaren nunca imaginó.

El zambombazo de los zapatos creepers durante la década de los setenta rompía las fronteras del círculo cerrado de los Teddy Boys de forma definitiva y comenzaba una carrera abierta y sin rumbo. Todo joven miraba de reojo los crepeers. Para entonces eran una sensación apta no solo para rockeros y punks.

«God save the queen. She’s not a human being


and There’s no future. And England’s dreaming»

Los Sex Pistols calzan creepers

Sex Pistols, la gran estafa del rock and roll calza creepers

La explosión musical del punk lanzaba los zapatos creepers al estrellato, y comenzaba para ellos una larga carrera que abarcaría el resto de décadas siguientes. Se podría decir que los zapatos creepers han pisoteado los estándares de todas las décadas musicales desde los años cincuenta hasta la fecha y han presenciado y dejado su huella en cada una de ellas. Algo más profundo que una moda pasajera.

Creepers y Teddy Girls

Las Teddy Girls también calzan creepers

Los creepers transcienden al trendy

Desenterrados y enterrados una y otra vez por la caprichosa fortuna de las tendencias de la moda, los crepeers son a día de hoy unos veteranos. Un zapato que no tiembla cuando la revista Vogue no tiene espacio para ellos. Por algún motivo son eternos. Su base está fraguada, su idea clara, ¡rock and roll! E independientemente de su popularidad circunstancial mantienen el tipo humildemente siempre bajo el ambiente que les dio vida, la subcultura.

Su desfile por las pasarelas de la mano de la prestigiosa firma Chanel en 2013  proyectó una imagen pública de los creepers adulterada, diferente y lejana de sus habituales escenarios pero extremadamente expansiva para su popularidad. Experimentaron un boom comercial desconocido hasta entonces, desvinculado del punk y para todos los públicos. Los creepers dejaban de ser un zapato exclusivo únicamente para jóvenes. Eran tendencia en todas sus manifestaciones posibles. Habían escalado todos los peldaños, desde los barrios obreros de londres, desde las bases del desierto, hasta la pasarela y las revista de moda más trendy. Los creepers colonizaron el imaginario alzando a sus fans a 3 centímetros del suelo. Unos veteranos del calzado. Unos supervivientes. Una prenda consolidada inmune a los vaivenes de la moda que desprenden rock and roll vayan donde vayan. Unos zapatos con vida propia que han conseguido penetrar silenciosamente en el armario común y abrir nuevos caminos a la subcultura creeper.

Chopper Monster