La década de los 70´s en Estados Unidos fue testigo de cómo un batallón de vehículos de todo tipo invadió sus calles y autopistas. Vehículos clásicos de los años 50, automóviles gigantes, furgonetas, motocicletas custom, algún que otro hot rod, coches económicos como respuesta a la dura crisis del petróleo de 1973, y un ejército de muscle cars medio abandonados en tiendas de segunda mano fueron los principales protagonistas de esta fértil década.
Fue durante estos diez años cuando las furgonetas, vans, experimentaron una revolución sin límites. Eran furgos muy diferentes a las que hoy conocemos en Europa, y desde luego nada tenían que ver con el convencional slogan de nuestros días, donde el confort y un estilo de vida conservador gobiernan el cada vez más aburrido mundo del motor.
En la década de los 70´s la furgoneta personalizada se convirtió en el vehículo último de expresión definitiva de la juventud. Las vans fueron durante diez años el medio de transporte y a la vez el medio de comunicación de una generación que vio cómo hacer realidad sus sueños en cualquier rincón.
Sistemas de iluminación ultra sofisticados, radios de alta fidelidad, sonidos de bocina personalizados, asientos de barco o de barra de bar, camas de agua y alfombras de pelo largo dieron forma al universo de las furgos de los 70´s, un universo que se completaba con un exterior dibujado a aerógrafo.
Las furgonetas de los años 70´s en Estados Unidos no fueron otra cosa que habitáculos de cuatro ruedas donde practicar mucho sexo, consumir todo tipo de drogas y lucir el mejor look bajo el slogan sexo, drogas y rock and roll, un estilo de vida que terminaría a finales de la década con extinción de este tipo de furgos.
Durante esta fértil década, los interiores de las furgonetas custom se transformaron en verdaderas discotecas, en palacetes, pequeñas habitaciones Playboy, donde el terciopelo, la piel y la bola disco marcaron tendencia. Un episodio que sin embargo parece haber pasado desapercibido por el mundo del diseño.
La psicodelia fue una de las principales protagonistas de los motivos decorativos, seguramente no gratuitos, y que de alguna manera eran signos claros de lo que ahí dentro pasaba. Unicornios cósmicos, hadas, dragones, magos, arco iris y setas no eran sino una declaración de principios, una señal clara de cómo era el galáctico que dirigía aquella nave espacial.
La industria del motor se hizo eco de las demandas de la juventud, una juventud que por los 70´s todavía estaba en apogeo y que todavía hondeaba la bandera de la contracultura a toda asta.
“Your clothes are distinctive, your lifestyle different. So why should your means of transportation be the same as everyone else’s? You want something personal, unique… something that fits your image. You want something that says, ‘This is me.’”
“Tu ropa te distingue, tu estilo de vida es diferente. Entonces, ¿Por qué deben ser tus medios de transportes iguales a los de todos los demás? Quieres algo personal, único…algo que le encaje a tu imagen. Quieres algo que diga: Este es mi tiempo.
Vender furgonetas totalmente amoldadas a las demandas de la revolución sexual no fue una casualidad. El mercado de las furgonetas personalizadas era un verdadero negocio para la industria automovilística y en cada esquina podías encontrar una tienda donde personalizar tu furgoneta.
Como todas la expresiones juveniles de Estados Unidos de entonces, la moda de las furgonetas personalizadas también tuvo su película propia, The Van, un síntoma claro de que aquello fue toda una revolución.
No todas las furgonetas de los 70 fueron habitáculos de delirio y perversión, también las hubo familiares, muy espaciosas y cómodas, todo un reflejo de la sociedad americana del momento. La principal diferencia entre ambas es que las furgos del vicio y la perversión acabaron por sucumbir, una vez más, a las reglas de la moderación, mientras que las furgonetas de uso familiar continúan.
Puede parecer una locura, pero quizá el hecho de hacerse con una furgoneta, reformarla, y bautizarla con un nombre tipo Cosmic Dreams, y pintar en su dorsal un unicornio fluor que lanza glitter por su cuerno puede ser a día de hoy una de las mejores alternativas a la especulación inmobiliaria.
Mientras lo pensáis os dejamos una buena dosis de fotos para abrir boca. Keep on Trucking!
Super Vans de los años 70
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