Esta tarde hay poesía. Ken Koch recita en público uno de sus poemas y yo asistiré. El ambiente es animado y dado a él, sonriente y lleno de luz. Comienzan sus palabras mientras me hago paso entre la multitud. Llevo un arma en el bolsillo y voy a usarla. Me acerco, me mira, todo se paraliza y disparo. Pam! Pam! El poeta ha muerto, se desmaya, y de lo alto de un balcón vuelan panfletos y una pancarta que dice:
`Poesía es revolución´
Up Against the Wall Motherfuckers!
Cuando uno piensa en los años 60 en Estados Unidos lo primero que le viene a la cabeza son las furgonetas volkswagen repletas de hippies guapos flotando en una nube de paz decorada con flores de amor, pero lo cierto es que la contracultura norteamericana de esa década supuso y representó uno de los episodios nacionales más convulsos e intensos del país. Donde una serie de movimientos y grupos de jóvenes intentaron cambiar el mundo a pie de calle, llegando en ocasiones a optar por el uso de las armas como autodefensa.
La letra pequeña recoge esta historia, y dentro de ella existe otra quizá más asombrosa que narra la vida de uno de esos grupos. La historia de una revista de arte que se enfrentó a todo y exigió todo con el fin de cambiar el mundo. Es la historia de un grupo de afinidad, una banda hermética, una familia, una pandilla callejera politizada, del hermano pequeño del movimiento dadá envuelto de anarquía urbana. Es la historia de cómo un grupo de jóvenes llegó a cerrar el Museo de Arte Moderno de Nueva York, ocupó la universidad de Columbia junto a otros estudiantes, plantaron cara a los soldados del mismo Pentágono, y obligaron al dueño de uno de los pubs hippies más famosos de entonces a organizar fiestas donde repartir drogas gratis una vez a la semana. Outlaws, outsiders, intelectuales radicales, fervientes activistas del arte y guerreros de la calle formularon una de las críticas más mordaces e imposibles que ha vivido la cultura norteamericana.
¡Contra la pared hijos de puta! Llegan The Motherfuckers
Corre el año 1965, dos jóvenes, Ben Morea y Ron Hanne, tienen una imagen en sus cabezas, una idea. El arte y las instituciones son cómplices de un discurso conservador que aniquila las posibilidades de cualquier tipo de manifestación de la cultura y del arte como liberación. Las ramificaciones del sistema de gobierno ahogan las posibilidades de progreso en cualquier ámbito de la vida, y lo único que les espera a los pobres y humildes es sobrevivir.
Influenciados por el movimiento dadá y el anarquismo editan en 1966 una revista de teoría política de fuerte componente artístico, se titula Black Mask. Es una publicación provocativa, directa, incendiaria, revolucionaria, crítica con la entonces moderna izquierda norteamericana y las instituciones, teórica y sesuda. Se proclamaba de nuevo la muerte del arte.
Nº1 de la revista Black Mask
«Está surgiendo un nuevo espíritu. Igual que en las calles de Watts, ardemos con la revolución. Asaltamos a vuestros dioses…cantamos vuestra muerte. DESTRUID LOS MUSEOS… nuestra lucha no se puede colgar en las paredes. Dejemos que el pasado se derrumbe con los golpes de la rebelión. La guerrilla, los negros, los hombres del futuro, todos os estamos pisando los talones. Maldita sea vuestra cultura, vuestra ciencia, vuestro arte. ¿A qué fin sirven? Los asesinatos masivos no se pueden ocultar. El empresario, el banquero, el burgués, con esa ostentación y esa desmedida vulgaridad, siguen almacenando arte mientras asesinan a la humanidad. Vuestra mentira ha fracasado. El mundo se levanta contra la opresión. Hay hombres a las puertas esperando un nuevo mundo. La máquina, el cohete, la conquista del espacio y del tiempo, son las semillas del futuro que, libre de vuestro barbarismo, nos llevarán hacia adelante. Estamos preparados…
Black Masck dura unos dos temporadas, las que comprenden de 1966 a 1968, y supone un importante avance en lo que años después serán Los Motherfuckers. Es el primer paso antes de lanzarse de lleno a la calle y el símbolo principal del discurso político de la pandilla. Ya son listos, ahora falta ser fuertes.
La influencia de La Escuela de Frankfurt
La crítica de Adorno y Horkheimer, principales representantes de la escuela de Frankfurt, se desarrolla durante la mitad del siglo XX europeo, en pleno apogeo nazi, y en mitad también de una creciente industrialización.
Ambos autores señalaron que la industrialización, por su naturaleza, formula un modelo de sociedad en la que el ritmo de vida lo marca el mercado, es decir, la producción, y dentro de ese vertiginoso ritmo no sólo se encuentra la economía y la política sino que engloba a la cultura en su totalidad. En un principio la escuela apostó por modelos socialistas como alternativa a la mecanización del ente social, pero al poco asistieron con desilusión a un desengaño, y observaron que la sistematización de la cultura también se daba en modelos socialistas. Se proponen así buscar el origen de la industrialización de la cultura, y los dos autores coinciden en la posibilidad de encontrarlo en el siglo de las luces, en la Ilustración.
El siglo XVIII es por excelencia el de la razón, el del avance científico y la emancipación del hombre frente a la naturaleza. Durante este periodo se desarrolla la idea de que el hombre es capaz de dominar la naturaleza a través de la ciencia. Es en ese contexto donde fijan el origen. Pero estos dos autores no consideran la emancipación que proporciona la razón un elemento liberador. Entienden que el enfoque que adopta ésta con la Ilustración lo determina la idea “domino”, dominio del hombre sobre la naturaleza, y que en ese proceso de colonización la razón sólo desarrolla su faceta técnica. En ese sentido, todo el potencial de la razón es reducido y concentrado para funcionar como una herramienta de dominio sobre la naturaleza, olvidando su potencial emancipador para el hombre. Así la razón instrumental se formuló por tanto como el motor de cambio hacia la sociedad industrial y de mercado.
Una vez envuelto el hombre en una sociedad industrial contempla que ésta funciona de manera natural gobernada por las leyes del mercado y que toda su producción se desarrolla en términos de negocio. Es por este motivo por lo que consideran que la razón, finalmente, en lugar de haber desarrollado su potencial emancipador termina configurándose, a modo instrumental, como una herramienta de alineación, basada en el cálculo y la técnica.
El discurso se presentaba de igual manera para el mundo del arte, quien también tuvo que adaptarse al nuevo modelo. Como consecuencia la obra de arte se convirtió en un objeto de negocio, en un objeto creado para ser vendido. Asistimos pues a la cosificación de la obra de arte y al sostenimiento del status quo a través del arte.
Chicos de la calle con la teoría afilada
Comienzan una serie de acciones a pie de pista. «Acciones relativamente politizas que más bien se caracterizan por un perfil artístico, en el que el papel del arte todavía juega un papel importante como herramienta para cambiar la cosas y conseguir la revolución. Así, de la revista impresa y difundida se pasa directamente al contacto directo y la entrega y reparto de flayers informativos en la calle.«#
1966 ¡Acabemos con el arte!
Black Masck tenían algo muy claro, el arte estaba siendo cómplice de un status quo injusto. Desde una posición política anarquista y a medias entre dadá y La Escuela de Franckfurt consideraban a ultranza que el museo, como contenedor de la obra de arte, no era otra cosa que un espacio estéril, y que a través de esta institución quedaba anulado el potencial liberador y revolucionario del arte. El arte debe ser libre y estar en la calle, y fuera del discurso oficial. Bajo esta premisa comienza el reparto de flayers anunciando el cierre del Museo de Arte Moderno de Nueva York. Por entonces ya presumen de cierta fama en la calle, y ante el miedo de posibles destrozos en el edificio su director decide cerrarlo antes de que estos aparezcan. Paradójicamente, y sin tener que actuar, habían conseguido cerrar el museo.
Posterior al cierre del MMoM anuncian que la calle del dinero, Wall Street (Wall ST), se convertirá en War Street. Trasladaron su protesta a la misma avenida, la cual durante unas horas presenció el desfile de un grupo de encapuchados que lucían pancartas que anunciaban el advenimiento de la guerra. Wall Street, símbolo del modelo de negocio neoliberal, observaba de reojo, indiferente, el descaro y atrevimiento de Black Mask.
En otro reparto de flayers anunciaron que se distrubiuría comida y bebida gratis en un local. El lugar resultó ser una galería donde se disponían a inaugurar una exposición, a la cual iban a acudir personajes representativos del arte de Nueva York. El local se llenó de una multitud de homeless pidiendo comida y bebida gratis a la puerta de la inauguración como respuesta a la invitación, lo que supuso la prácticamente suspensión del evento y la fatiga del estrato artístico más chic y snob de la ciudad.
1967
Siguen las acciones en la calle. Se reparten flayers para anunciar una exposicón en el Lower East Side de Nueva York. El objetivo del evento no es otro que la protesta contra la guerra de Vietnam. La convocatoria terminó con la entrada en la Catedral de Sant Patrick´s de Nueva York, donde aparecieron con pancartas antiguerra al escuchar al sacerdote respaldar el conflicto bélico en nombre de Dios.
Este acontecimiento supuso un salto cualitativo en el universo Motherfucker. La concentración había sido organizada por los mismos motherfuckers, y para entonces todavía se estimaba la idea de que el arte era una herramienta para la revolución. Es decir, que a través de la obra artística era posible cambiar el mundo y el estado de la cosas. Pero tras la convocatoria de Sant Patrick´s esa idea se desapareció. La fe en la revolución a través del arte dejó de ser un vía creíble, y la revista Black Mask, junto a otros artistas y participantes, postularon su último resorte. Las acciones y la perspectiva deben cambiar si queremos que algo cambie. La pandilla adopta una nueva forma y un nuevo modus operandi, que si bien no tenía ningún tipo de organización, sí es cierto que giraba al rededor de la figura de Ben Morea.
Ben Morea
Provenía de la calle, donde se desenvolvía entre bandas puertorriqueñas y el mundo de la droga. En una desafortunada velada fue detenido y metido en prisión. Allí entra por primera vez en contacto con el Arte, en uno de los cursos de reinserción, donde la actividad artística se consideraba un vehículo integrador. A su salida conoce a los anarquistas Judith Malina y Julian Beck, con quienes refuerza y nutre su discurso artístico con ideas políticas, anarquistas y libertarias. Posteriormente conoce a Murray Bockchin, un anarquista de vieja escuela que organiza tertulias en su casa a las que acuden teóricos de todo tipo de vertientes. Con él profundiza su discurso e incorpora nuevos elementos.
De todos ellos, uno de los elementos más importantes e influyentes para el futuro de los Motherfuckers será la idea de La Famila, concepto que proviene de los anarquistas españoles de la guerra civil, quienes se integraban en grupos de afinidad. La familia será clave una vez los mecanismo de gobierno estadounidenses comiencen a actuar contra los movimientos contraculturales. Prácticamente en todos ellos existían infiltrados, bien por su poca afinidad como grupo o por nutrirse de un amplio número de miembros, que en última instancia hacía muy difícil que todos se conocieran. Este era un punto flaco que el gobierno conocía, pero no ocurrió con los Motherfuckers. «En nuestra familia nunca hubo infiltrados… porque éramos pequeños grupos de amigos. Cuando hablábamos de tácticas solo hablábamos con las cuatro o cinco personas de las que sabíamos todo sobre ellas», Ben Morea. Conferencia en Madrid, 2011.#
Este cúmulo de ideas anarquistas europeas calan en Morea y adoptan una forma nueva cuando se ponen en práctica en los barrios de Nueva York. Así surge la pandilla politizada, con base teórica y recursos callejeros. Así nacen The Motherfuckers!, como un amplio cúmulo de experiencias a pie de calle, del desarrollo de una fuerte base teórica y de un ideario artístico dadá politizado en términos de revolución. ¡Son una minoría, una familia, una pandilla, chicos de la calle preparados para cambiar el mundo!
En la entrevista de Servando Rocha a Ben Morea (Motherfuckers! 2015), éste explica el proceso de evolución que se produce del paso de ser una revista, Black Mask, a convertirse en la pandilla que firmaba sus acciones como Up Agaisnt the wall Motherfucker. Dice Morea: «The family, Up Against the Wall Motherfucker y Black Mask están relacionados por el hecho de que uno se convirtió en el otro, pero en realidad eran grupos muy diferentes… Nunca existió una determinación de empezar un nuevo grupo, no hubo un proyecto, fue simplemente algo que evolucionaba. Resulta difícil incluso saber en qué momento desaparecía uno y empezaba el otro.»#
¡Fuck you hippie! El amor armado
Llega un nuevo periodo de radicalización de los actos, algo que se palpa directamente en las acciones de Los Motherfuckers.
En 1967, en enero, se simula el asesinato del poeta Ken Koch, según Black Mas, enemigo número uno para el arte y representante de honor del mundo cultural burgués. En una de las lecturas del poeta aparecieron con un arma de fogueo y le dispararon. Ken Koch se desmayó al instante del susto, lo que dramatizó de realismo aun más el acto. A todo esto se lanzaban desde un balcón cercano copias de panfletos con palabras del poeta LeRoi Jones que decían, Poesía es revolución. «Las reacciones después estaban divididas entre quienes pensaban que era lo más grande que habían oído y los que creían que éramos un montón de gilopollás inmaduros», Ben Morea#.
Un mes después, en febrero se hace el intercambio cultural de basura por basura contra el barrio de Lincon Center. En la entrevista que Ben Morea dedicó a Servando Rocha, comenta que en ese mismo año «hubo una huelga de recogida de basura en Nueva York y toneladas de basura se iban amontonando en los guetos. Las zonas comerciales y adineradas se podían permitir contratar empresas privadas para que limpiasen las calles, así que decidimos llevar parte de la basura del Lower East Side al Lincon Center.»#
Para entonces la revista Black Mask era ya más una experiencia pasada que una realidad. Con ella el grupo había aprendido y forjado bases en torno al espacio teórico, pero ya era momento de pasar a la acción. Si bien hasta entonces las actuaciones iban firmadas como Black Mask, desde entonces serían Up Against the Wall o Motherfuckers quienes lo hicieran, aunque era la familia quien realmente estaba detrás.
1968 supone un cambio sustancial. La tensión social aumenta conforme avanza el conflicto bélico en Vietnam. Las protestas en la calle aumentan cualitativa y cuantitativamente. Es una guerra que no se sostiene, y el gobierno comprende que se derrumba algo entre los suyos. El pulso entre los movimientos contraculturales y la autoridad gubernamental es una fuerza de choque en la que los jóvenes plantan cara y desafían cada vez con más descaro y atrevimiento que nunca al gobierno.
Se ocupa la universidad de Columbia
El asesinato de Martin Luther King es el detonante para que la comunidad negra estalle. Tres semanas después de su muerte estudiantes negros, en comunión con la SDS (Students for a Democracia Society), Los Motherfuckers y otras comunas toman la universidad de Columbia. Tras un periodo de caos son expulsados de forma violenta por la policía, pero durante ese tiempo Los Motherfuckers son testigo y partícipes de un debate que envolvía ya por entonces a la contracultura norteamericana: formar parte de un programa revolucionario teórico e intelectual o pasar a la acción directa en la calle.
La Fillmore y el negocio Hippie
Meses después de la toma de la universidad de Columbia una serie de grupos teatrales y colectivos decidieron organizar actuaciones de todo tipo con el fin de recaudar fondos para los estudiantes que habían sido detenidos en la ocupación de la universidad. El local elegido fue el Fillmore East de Nueva York, cuyo gerente y dueño, el empresario Bill Graham, era conocido por entonces por su relación con la contracultura y el mundo de los negocios del rock and roll.
Desde el comienzo de la iniciativa surgió la controversia, ya que en muchas ocasiones había público que no podía entrar a los actos porque el precio era alto. Los Motherfuckers entraron en trifulca con el empresario, quien después de muchas negociaciones y varios enfrentamientos y amenazas cedió a otorgarles un día a la semana para que usasen la Fillmore con fines comunitarios. Mientras eso duró, Los Motherfuckers organizaron todos los jueves conciertos de rock and roll donde se repartían droga y comida.
En Fillmore, la banda de culto MC5 tuvo que huir por la puerta trasera ante los gritos de «vendidos» y «cerdos» que lanzaban algunos Motherfuckers al haber pedido que se concedieran pases para quienes no podían pagar la entrada. El sueño de Fillmore terminó cuando la policia los echó por alegar consumo de drogas.
La experiencia de Fillmore supuso para muchos el comienzo del fin del grupo. 1969 trajo consigo la violencia y las drogas. Los movimientos de contracultura se veían en un callejón sin salida donde el ejercicio de la violencia era en muchas ocasiones la única razón de ser de la mismas, sobrevivir. Woodstock fue de la últimas manifestaciones de aquello, pero a la vez el síntoma más palpable de que la industria ya era consciente del potencial de negocio que la contracultura portaba intrínseca. Los Motherfuckers acudieron al evento y reventaron la vallas con la intención de declarar aquel espacio como liberado.
Con un horizonte cada vez más gris, y el futuro más oscuro, decidieron viajar a Nuevo México para colaborar y ayudar a antiguos desertores. Pero las difíciles condiciones del clima y el absoluto cambio de vida respecto a la ciudad hicieron que muchos de ellos optaran por regresar a casa y hacer una nueva vida. El grupo se desvanecía entre quienes regresaban a Nueva York y quienes se quedaban. «El rastro de Ben Morea se perdió en las montañas de Sangre de Cristo, entre la leyenda y su parte de verdad… estuvo cinco años en compañía de su mujer, vagando de un lugar a otro y siempre montado a caballo… Reapareció décadas después, tras el 11S, y concedió su primera entrevista para hablar de su vida como un Motherfucker…»#
En 2011 Ben Morea aparece en Madrid, en un encuentro organizado por La Felguera Editores, después de que su rastro se perdiera en las montañas de Nuevo México cuarenta años atrás.
Citas #:
Servando Rocha, 2015. Motherfuckers!La Felguera Editores