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¿Alguien dijo miedo? Ni miedo ni dolor

Pocas son las figuras que unifican los valores necesarios para ser presidente del gobierno de Estados Unidos. Y de estas pocas además hay una que es contingente, Evel Knievel, el acróbata más admirado de todos los tiempos.

Saltos increíbles, retos impensables, espectáculo a lo grande decorado con parafernalia yanki, presupuestos ilimitados y desafíos en voz alta a la muerte cara a cara.

Se rompió practicamente todos los huesos del cuerpo. Aparece en los récords guines por ser «el superviviente con más huesos rotos durante su vida.» Un humano a medias entre el subrealismo del show americano y la genialidad, la superación innecesaria de uno mismo y el masoquismo llevado más allá del extremo hasta configurarse en bandera y héroe nacional. Y es que quién quiere un intelectual al mando de una sociedad fast food. Queremos acción y Evel nos la va dar.

Robert Craig , Montana (1938-Florida 2077). Evel Knievel

En 1965 comienza una de las carreras del mundo del motor más sorprendentes de la historia. Un adolescente inquieto con dotes de energía contenidos comienza a desarrollar sus habilidades acrobáticas en bici y moto para deleite de los presentes en las áreas cercanas a su casa, y poco a poco, pero rápidamente, comienza a crecer por su propia naturaleza. No se puede precisar muy bien lo extraordinario de Evel Knievel, si su mente o su poderío físico. ¿A quién se le ocurre saltar en cohete un acantilado de metros? Desde luego no le faltaba ingenio a la hora de diseñar sus retos.

En 1974 se propone uno de sus retos más sonados, saltar el cañón de Snake River, con un abismo de unos 500 metros montado en una especie de cohete valorado en unos 150.000 dólares, el Skycycle; Tras dos pruebas fallidas sin piloto le tocó a él el turno, pero justo después del despegue el paracaídas se abrió y Knievel cayó al vacío a pocos metros del río en el cual probablemente se habría ahogado de caer en el agua. En el siguiente vídeo se puede contemplar el salto aunque la imagen no sea de perfecta calidad.

Un año más tarde, en Wembley, ante la presencia de 90.000 personas, se estrelló al aterrizar de un salto que venía de superar trece pares de autobuses. El accidente fue grave, partiéndose la pelvis. Pero no impidió que una año después lograra superar esta prueba con éxito en King’s Island.

Su retirada del espectáculo se produjo al año siguiente en en el Anfiteatro de Chicago, en 1976, tras sufrir otra lesión grave al tratar de saltar un tanque lleno de tiburones. Varios de los asistentes sufrieron la caída de Evel y éste sufrió severos golpes en el cerebro y la rotura de los dos brazos, por lo que decidió retirarse.
De todos modos continuó dando espectáculos de menor riesgo con su hijo Robbie, a quien abrió camino en el mundo de las acrobacias y pronto siguió sus pasos.

Vídeo salto en Wembley

Su carisma y característica forma liberada de crear espectación unidos a la forma de plasmar su pensamiento patriótico a través de mensajes a los jóvenes estadounidenses en canales de televisión le consolidan como el mejor de los presidentes posibles para la nación americana. Iba por libre. Un verdadero liberal capaz de sobre volar las barreras entre demócratas y republicanos alzando la bandera de la patria mientras vuela por encima de una piscina repleta de tiburones hambrientos a doble salto mortal con tirabuzón sin red. Un icono popular de las décadas de los 60 y 70 que protagonizó dos películas, fue objeto de deseo sexual y figura representativa de la industria del juguete. Un héroe nacional que lucía con estilo los colores de la bandera de la libertad durante dos de las décadas más estéticas del motor norteamericano.

Su muerte se considera curiosa por no haber sido causada por un accidente relacionado con sus acrobacias ( murió de hepatitis C) pero lo cierto es, si uno se para a pensar un poco, que no es tan curioso. Estaba iluminado por la mano del Dios de lo kafre, y en ese sentido se sobreponía no podía haber sido de otra manera.

Músicos de todo tipo le han dedicado pasajes y canciones, y ha sido mencionado por escritores y directores en diferentes programas y series televisas. Pero a nuestro parecer, no existe tributo a este baluarte del motor mejor que el que le dedica la banda de Seattle Zeke.
Con ella os dejamos y esperamos que esta breve introdución a la figura de Evel haya servido de inspiración en alguna medida. Pero por el amor de Dios, no intenten hacer esto en sus casas.

 

 

choppermonster.com